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jueves, 5 de mayo de 2011

AUDREY HEPBURN.







































Esta bellísima mujer de rostro angelical no solo es un icono de la moda de los últimos cincuenta años sino que fue una excelente actriz con una importante filmografía en su haber. Pero lo verdaderamente importante fue su calidad como ser humano y la extraordinaria clase y elegancia moral que mantuvo durante toda su existencia.

-Fue una niña inocente y alegre que jugueteaba con sus hermanastros en el seno de una familia aristocrática hasta que el abandono de su padre le produjo un profundo trauma.
-Fue una adolescente valiente que sobrevivió a la segunda guerra mundial ayudando a la resistencia holandesa con el dinero ganado por sus clases de baile y como enfermera voluntaria
-Fue una joven actriz dotada de gran talento para la danza y la interpretación hasta que fue descubierta por Hollywood como una autentica cenicienta.
-Fue una elegante y extraordinaria profesional en el mundo del cine, querida por la mayoría de actores y directores con los que trabajó sin aires de neurótico divismo .
-Fue una leal amiga de algunos de los que tuvieron la fortuna de cruzarse en su camino como Gregory Peck o el diseñador de moda Givenchy
-Fue una hermosa y fiel pareja con los tres hombres con los que mantuvo relaciones sentimentales estables.
-Fue una madre entregada con sus dos hijos a los que se dedicó enteramente apartándose durante muchos años de su profesión para dedicarles su tiempo y su inmensa generosidad.
-Fue una mujer adulta que aportó su gran popularidad a la ayuda humanitaria y desinteresada de los niños del tercer mundo realizando una impagable labor solidaria como embajadora de UNICEF hasta el último momento de su vida.

 Cuando uno indaga en su vida personal, descubre mucha más pureza y estilo en su trayectoria vital que la representada en su  impecable y glamourosa imagen, siendo recordada por todos como una mujer inteligente de carácter sencillo y amable, muy lejos de muchos vanidosos y endiosados astros de Hollywood. Dicen que solo la vieron a punto de perder los papeles cuando un jefe de la Paramount quiso quitar de la película Desayuno con diamantes la famosa secuencia en la que canta con una delicada voz de seda la inolvidable Moonriver en una ventana. Le contestó “ será sobre mi cadáver”. Afortunadamente Audrey se salió con la suya.