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miércoles, 25 de abril de 2012

Causas y efectos. El efecto mariposa





El término "efecto mariposa" fue acuñado por el meteorólogo y matemático Edward Lorenz al intentar hacer una predicción del clima atmosférico refiriéndose a que "el aleteo de una mariposa en Londres puede desatar una tormenta en Hong Kong".
La idea es que, dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema, una mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione de forma completamente diferente. La consecuencia práctica es que en sistemas complejos, como la predicción meteorológica es muy difícil predecir con seguridad el futuro de dichos sistemas.
Es decir, una pequeña perturbación inicial genera un proceso de amplificación y produce  un efecto considerablemente grande. Esta interrelación de causa-efecto se da en todos los eventos de la vida.
En un episodio de Los Simpson, Homer retrocedía en el tiempo hacia la prehistoria, mataba un insecto y cuando intentaba volver al futuro llegaba siempre a una realidad distinta.
Contaba el zoólogo Desmond Morris en su autobiografía: “Con Napoleón empezó todo. Si no fuese por él, no estaría aquí escribiendo estas palabras, ya que fue una de sus balas de cañón, disparadas en la guerra peninsular, la que arrancó el brazo a mi tatarabuelo, James Morris, alterando así el curso de la historia de mi familia”. 
Todos podemos encontrar en nuestra vida ejemplos como el que cuenta Morris, acontecimientos que dieron un importante giro a nuestra vida. Un accidente, un número en un juego de azar, o un estúpido tropiezo con un desconocido dependen de milésimas de segundos y, sin embargo imponen una dirección a tu trayectoria vital que es totalmente diferente a la que hubiera seguido sin ese fatal o feliz acontecimiento. ¿De cuantos actos de los que llamamos fortuitos depende el que nuestros padres se conocieran, o que nos concibieran? Lo mismo podríamos decir de cualquiera de nuestros antepasados.
Resulta fácil imaginar cualquier golpe de azar, cualquier casualidad aparentemente inocente que nada tiene que ver con lo que era razonablemente previsible y que altera la vida de cualquier humano. Si es la de algún líder político, o algún héroe nacional, de paso hubiera alterado la historia de los demás, es decir la Historia. Imaginemos un accidente en la juventud de Napoleón, o de Hitler que les hubiera incapacitado para ejercer el poder que tuvieron.
Pero ¿por qué algunos momentos son tan importantes y el resto del tiempo no tiene ninguna trascendencia?  Yo no veo razón para pensar que unos instantes influyen más que los demás a la hora de determinar el desarrollo de nuestra peripecia vital.

Si nuestro planeta no hubiera chocado con un gigantesco meteorito hace 65 millones de años. Si  nuestros padres no hubieran salido a cenar aquella noche. Si aquella bola de la suerte  hubiera sido otra. Si hubiera salido de casa unos segundos después aquel fatídico día. Si la pelota hubiera pasado unos milímetros más abajo. Todo sería diferente si se hubiera alterado cualquier parte del engranaje.


Cualquier acto, por insignificante que parezca, genera un efecto amplificador que determina a través de una interminable cadena de causas y efectos los acontecimientos futuros. Encuentro que el efecto mariposa, más que confirmar la presencia del caos en el devenir de la naturaleza, nos advierte de la dificultad de predecir el futuro en sistemas con gran cantidad de variables y que la mente humana no es capaz de determinar el estado futuro de éstos. Pero creo que es una prueba más de que todos los acontecimientos de nuestra vida están unidos por una inconmensurable cadena de causas y efectos que siguen las leyes que gobiernan el Universo y que afecta a toda la materia que existe. Es decir, el llamado efecto mariposa tiene todo el sentido en el marco de una concepción determinista en el cual todo el Universo permanece integrado y unido por una serie de leyes generales responsables de la armonía del cosmos. Y es asombroso que en estos momentos intentemos acercarnos a entenderla. Como dijo Einstein, lo más incomprensible del Universo es que sea comprensible. 

viernes, 20 de abril de 2012

Ingrid Bergman





Ingrid Bergman nació el año 1915 en Estocolmo (Suecia). A los doce años quedó huérfana, residiendo desde ese momento junto a sus tíos, que respetaron su decisión de ser actriz y la apoyaron para que ingresara en la Real Escuela Dramática de Estocolmo .

Empieza a hacer papeles para el teatro y el cine hasta que en 1936 protagonizó con gran éxito en Suecia Intermezzo, dirigido por Gustaf Molander. El productor David O. Selznick vió el film y se prendó de la belleza fresca e inocente de la muchacha sueca. Selznick quiso a toda costa llevarse a Ingrid a Hollywood, para que protagonizase un remake del mismo film (1939) comenzando así su fulgurante carrera en Hollywood, donde se estableció junto a su marido y su hija.

En 1942 protagoniza la mítica Casablanca de M. Curtiz junto a Humphrey Bogart, que obtiene un extraordinario éxito de crítica y público. El cine ya no será el mismo tras el duelo interpretativo entre Bogart y ella, formando una de las parejas más representativas del séptimo arte del siglo XX.

Al año siguiente es nominada al oscar por el film Por quien doblan las campanas junto a Gary Cooper, adaptación de la novela sobre la guerra civil española de Ernest Hemingway dirigida por Sam Wood. Un año después lo ganaría por la magnífica interpretación en la inquietante Luz que agoniza de George Cukor junto Charles Boyer. En ella logra atrapar al espectador con un personaje desamparado, de una tierna y frágil belleza. En los años 40 aún protagonizó, entre otras, Juana de Arco de Victor Fleming, y tres films con Alfred Hitchcock: Recuerda, Atormentada, y, la magistral Encadenados, junto a Cary Grant.

En pleno apogeo de su carrera, pide trabajar con el maestro del neorrealismo italiano Roberto Rossellini, por el que siente una gran admiración. Viaja a Italia y ruedan Stromboli; durante el rodaje viven un apasionado romance que escandaliza al mundo de Hollywood. Ingrid deja a su marido y su hija y se traslada al país mediterraneo para casarse con el realizador italiano.

En Italia hicieron varios títulos con desigual fortuna, pero muy valoradas por la crítica europea como Te querré siempre o Europa 51. Tras algun problema económico y el deterioro de la relación con Rossellini vuelve a EEUU y el éxito le vuelve a sonreír ganando un Óscar en 1956 por su trabajo en el film rodado en Inglaterra Anastasia de A. Litvak. No acudió a la ceremonia por sus problemas con el mundo de Hollywood.  Al año siguiente se divorció del director italiano con el que tuvo 3 hijos. Posteriormente se casaría de nuevo con un empresario sueco.

Su dedicación al teatro y algunos problemas de salud la apartaron del cine durante unos años hasta que reapareció y logró la estatuilla de la Academia a la mejor actriz de reparto por Asesinato en el Orient Express, de Sidney Lumet. En sus últimos años volvió a Suecia a trabajar con Ingmar Bergman en el film Sonata de otoño por la que recibió su última nominación a los premios de la Academia. Falleció justo el dia que cumplía 67 años; sus cenizas se arrojaron al mar en su Suecia natal.

Humphrey Bogart



 Hijo de una familia acomodada del Nueva York de principios del siglo XX,  fue una de las estrellas que sobre el papel tenía pocas oportunidades de triunfar en Hollywood, dada su pequeña talla, su aire triste y gastado y su cicatriz en el labio producida en la I Guerra Mundial que le hacía emitir una voz extraña. Tras fracasar en sus estudios, pasó por la marina y posteriormente por el teatro y el cine pero no consiguió triunfar hasta prácticamente los 40 años. Pero el cine de las dos décadas posteriores no se entiende sin su presencia. ¿Donde residió la clave de su éxito? ¿Qué misterioso encanto logró impregnar a sus personajes  este tipo que se interpretó casi siempre a sí mismo con mucha determinación en su rostro?

Tenía el encanto del que tiene un pasado difícil y ha sabido salir de todas las turbulencias con la dignidad pegada en la piel. Representó al que junto a la barra de un bar es capaz de asimilar o diluir un desgarro amoroso con un buen trago de whisky, sin que la sonrisa gastada le quite un ápice de integridad moral; al que no huye de su última derrota y permanece imperturbable ante un nuevo reto. Era el duro con ternura, el cínico con clase; el individualista que se implica  en el momento justo con entereza. Supo llevar como nadie, una gabardina, un sombrero y un cigarrillo colgado de su sonrisa triste pero no vencida.

Por eso compartió la pantalla con los mejores directores y las mejores actrices en un buen número de películas míticas de los años 40 y 50.   El halcón maltés, El último refugio, Casablanca, Cayo largo, Tener y no tener, El sueño eterno, Sabrina, La reina de África, El tesoro de sierra madre, Llamad a cualquier puerta,  Más dura será la caída. Todo son grandes películas pero son mas grandes por su presencia.

Muchos años de secundario y muchas derrotas lo llevaron a abandonar cualquier ingenuidad, y sus  tres matrimonios fracasados acabaron por conducirlo ante la mirada de la flaca Lauren Bacall, de la que no  se separaría. En su boda, le regaló un silbato de oro con la famosa frase “si me necesitas, silba”. Con ella, puede que alcanzara la paz y puede que incluso la felicidad. Por desgracia, no iba a durarle mucho: en enero de 1957, un cáncer de esófago acababa con su vida. Fue enterrado junto a su silbato.



Su imagen representa el que lucha en secreto por los justos, por  los idealistas, el  enamorado de una mujer y de un recuerdo, de una ciudad  y de un sueño. Sabía qué era la lealtad, y no necesitaba medallas ni  reconocimientos, a él le quedaba París. A la memoria del siglo XX le quedará la figura de su gabardina  entre las brumas.

miércoles, 11 de abril de 2012

Natalie Wood


Natalia Nikolayevna Zajarenko nació en 1938 en San Francisco. Hija de inmigrantes rusos que adoptaron el apellido Gurdin cuando decidieron asentarse definitivamente en tierra americana. Su madre se empeño en hacer de  su hija una niña prodigio y,  poco después de aprender a caminar guiada por su madre, ya estudiaba ballet  
Apareció  como extra en el cine a los cuatro años, en la película "Happy Land" (1943), dirigido por Irving Pichel, y dos años después el mismo director la llama para un papel en Mañana es vivir  bajo el nombre de Natalie Wood (apellido que tomó del director Sam Wood)
Durante la segunda mitad de la década de los años 40, intervino en varios  films entre los cuales destaca El fantasma y la señora Muir" (1947), maravillosa película de Joseph L. Mankiewicz y protagonizada por la guapísima Gene Tierney  y por Rex Harrison en el papel de fantasma y un clásico navideño  De ilusión también se vive(1947) dirigido por George Seaton.
En los años 50 es una de las actrices jóvenes más destacadas del panorama de Hollywood, siempre bajo la obsesión de su madre por convertir a su hija en una estrella. Es la blanca secuestrada por los indios en el mítico western de John Ford Centauros del desierto (1956),  y consigue triunfar en Rebelde sin causa  (1955), de Nicholas Ray junto a James Dean, donde, a pesar de ser la actriz protagonista, fue nominada al Oscar como mejor intérprete  secundaria.
En 1961 fue la entrañable Dennie en Esplendor en la hierba genial film de Elia Kazan en el cual contaba como partenaire al debutante Warren Beatty. El mismo año fue Maria en  West Side Story, el musical dirigido por Robert Wise y Jerome Robbins en el cual Natalie actuaba, bailaba  y cantaba – dicen que muy bien- aunque las canciones fueron  finalmente dobladas por  Marni Nixon.
Natalie fue nominada al Óscar como mejor actriz por Esplendor en la hierba, partiendo como clara favorita (esto le impidió ser nominada por su otro film West Side Story que contaba con 11nominaciones, consiguiendo 10 premios). Pero la estatuilla iría a parar de manera sorprendente a manos de la italiana  Sophia Loren por "Dos mujeres".
Volvió a optar al Óscar, sin suerte, por la película "Amores con un extraño" (1963),  de Robert Mulligan con Steve McQueen como acompañante masculino. 
La carrera de Natalie decayó a partir de aquí, aunque aún haría en la década de los 60 algunos  títulos importantes como La carrera del siglo" (1965)  simpática comedia de Blake Edwards, la infravalorada Propiedad condenada  (1966) de Sydney Pollack, una extraordinaria adaptación de Tennesse Williams que contaba con Robert Redford o "Bob y Carol, Ted y Alice" (1969) de Paul Mazursky.
La producción cinematográfica de Natalie perdió interés a partir de este momento debido posiblemente a las turbulencias de su vida personal. Su historia es el prototipo de juguete roto en el que caen muchas niñas prodigio. Aparte de algunos confusos escándalos en los que se vio envuelta desde su adolescencia, su relación con Robert Wagner siempre estuvo envuelta en la polémica. Se casó dos veces con el actor y tuvo dos hijos, pero los rumores de toda clase la devoraron y acabaron en un trágico final.
A sus 43 años apareció ahogada cerca de su yate Splendor tras una noche de desenfreno junto a su marido y al actor Cristopher Walken, con quien estaba trabajando en el film Proyecto Brainstorm.  Las discusiones, el alcohol, las drogas y el misterio acompañaron la última noche de esta adorable joven que brilló durante algunos años en el cine. No es éste el sitio donde especular sobre el misterio de su muerte, un caso que aún la hija de la actriz intenta reabrir.
De cualquier forma, la belleza permanece en el recuerdo de los que disfrutamos de su hermoso rostro y sus apasionadas interpretaciones. 

Memorias




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Yo soy una colección de recuerdos pegados en mi alma mezclados con canciones, aromas y sueños de deseo. Sueños forjados en largos kilómetros de oscuras carreteras y en innumerables noches de insomnio

Ahora, al sumergirme en mi memoria se me aparecen con nítida ternura imágenes sintéticas de lo feliz. Feliz cuando, repleto de ilusión y con la capacidad de amar todavía intacta, confiaba en futuros días llenos de emoción, de esperanza, de vida.
La música rescata lejanas esencias, ilumina oscuros rincones del pasado y enciende el relámpago de la memoria. Música que compartió húmedas sensaciones, silencios entrañables, besos excitantes, y también, miedos amargos.
Memorias de soledad. Sueños en soledad. Sueños que se mezclaron en mi vida y se juntarán en mi muerte.
                                                                                                                                             Diciembre de 1999

martes, 10 de abril de 2012

Frente al mar

 


Solo
Frente al mar, a solas
La sola presencia de las olas
Sensación de acceder a un inmenso y tibio silencio
La apacible caricia de la brisa
A solas frente al mar
Solo

ssssssssssSSSSSSSSSSssssssssssssss

viernes, 6 de abril de 2012

VOLUNTAD NATURAL

Cita de Damasio

“Reconozco que es difícil imaginarse que las nociones de “deseo” y “voluntad” se puedan aplicar a una sola célula individual. ¿Cómo pueden hallarse presentes en un nivel tan elemental actitudes e intenciones que relacionamos con la mente humana consciente y que intuimos como el resultado del funcionamiento de los grandes cerebros humanos? Pero lo cierto es que lo están, con independencia del nombre que queramos darles a esos rasgos característicos del comportamiento de la célula.” (pag. 67)

"Y el cerebro creó al hombre"  Antonio Damasio

domingo, 1 de abril de 2012

TEORIA EVOLUTIVA DEL CONOCIMIENTO

La mejor forma de adaptarse al medio, de sobrevivir, es extraer regularidades de su entorno. Los seres vivos contienen un saber acumulado a lo largo de sus peripecias evolutivas de donde extraen las leyes naturales necesarias para sobrevivir.

Al igual que los demás órganos de nuestro cuerpo, nuestro cerebro, y sus funciones cognitivas, reflejan adecuadamente la complejidad del ambiente que le rodea. Es importante para sobrevivir tener una percepción realista del mundo; es así como el humano formula sus leyes naturales y progresa en el conocimiento de la naturaleza.

La mente es capaz de captar la realidad por la misma razón que las aletas de un pez se ajustan a una óptima capacidad de desplazarse en el agua.

"la vida es un proceso de adquisición de conocimientos". (Lorenz)

"La coincidencia entre naturaleza e intelecto no se produce porque la naturaleza sea razonable, sino porque la razón es natural”.
(Kumbies)