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miércoles, 11 de julio de 2012

JAMES STEWART

Aunque no fue un sex symbol, era un tipo alto, elegante, de hablar pausado y aspecto bonachón que tiene, sin duda, una de las filmografías más envidiables del cine del siglo XX.
Stewart nació en 1908, en la pequeña localidad de Indiana (Pennsylvania) y en el seno de una familia acomodada de clase media. Estudió arquitectura, pero se dedicó a la magia y al teatro junto a Henry Fonda antes de ir a Hollywood, donde debutó en 1935, en la poco conocida The murder man junto a Spencer Tracy. Intervino en varios títulos más, pero el éxito le llegó al coincidir con el cineasta Frank Capra en Vive como quieras (1938).
Interrumpió su brillante carrera al alistarse voluntariamente al ejército durante la II Guerra Mundial, donde participó en muchas misiones de combate como piloto de bombardero. Pasó de soldado a coronel en menos de 4 años, y  se le concedieron numerosas medallas. Al acabar la guerra reinició su carrera junto a Capra en la inolvidable ¡Qué bello es vivir!, uno de los films más geniales y optimistas que ha dado Hollywood.
Recibió el Óscar a la mejor interpretación por su papel de un periodista en la película Historias de Filadelfia (1940), y fue candidato en otras cuatro ocasiones; en 1985 recibió uno honorario por el conjunto de su carrera. La estatuilla se la regaló a su padre, propietario de una tienda de artículos mecánicos en Indiana (Pennsylvania).
Frank Capra dijo de él: "Mejor que una gran interpretación es el nivel de la no actuación, cuando el actor desaparece y en la pantalla emerge la persona de carne y hueso, una persona que enseguida interesa a la audiencia. James Stewart, es de los pocos capaces de alcanzar ese nivel".
Hizo casi un centenar de películas, muchas de las cuales se sitúan entre los principales títulos de cine clásico de los años 30, 40 y 50. Casi siempre interpretó el papel de un norteamericano corriente,  honesto, y con coraje pero recorrió dramas y comedias, westerns y cine negro. Simplemente citando algunas de las películas que protagonizó se hace uno a la idea de la importancia de la carrera de este respetable señor:
Con  Frank Capra: Vive como quieras (1938),  Caballero sin espada (1939) ¡que bello es vivir! (1946).
Con Lubitsch El bazar de las sorpresas (1940)
Con Cukor Historias de Filadelfia (1940)       
Con Ford: Dos cabalgan juntos (1961), El hombre que mató a Liberty Balance (1962) 
Con Anthony Mann: Winchester 73 (1950) Horizontes lejanos (1952), Colorado Jim (1953),  Música y lágrimas (1954), El hombre de Laramie (1955)
Con Alfred Hitchcock: La soga, (1948)  La ventana indiscreta, (1954) El hombre que sabía demasiado (1956) y rtigo (1958)
La lista podría continuar pero sería excesivamente larga.
No tuvo una infancia dramática ni frecuentó los reformatorios, sino que fue un chico inteligente y tímido y un joven trabajador y emprendedor. No se le conocen aventuras y desventuras amorosas; se casó por única vez a los 41 años con Gloria McLean, y tuvieron dos hijas gemelas. No se vio envuelto en escándalos económicos, ni se refugió en el alcohol y las drogas al verse en la cumbre del éxito. No vivió con el endiosamiento de algunas grandes estrellas. Murió en 1997 por problemas respiratorios, y aquejado en los últimos años por el síndrome de Alzheimer.
Una vez, el gran director John Ford dijo: "Stewart siempre se interpreta a él mismo, pero es que Stewart es todo un personaje".
Un gran personaje. Un personaje bueno. No quedan muchos.


SENTIRSE FELIZ

Sentirse feliz es sentirse joven, eficaz, capaz. Capaz de seducir. De conquistar.

Sentirse feliz es sentirse potente, con futuro, con esperanza, con confianza. Estar en la antesala. En espera de la gran conquista.

Sentirse feliz viene desde dentro, no te lo dan los demás. Es cosa tuya. Se lleva en los genes. Pero se manifiesta principalmente en la época en la que uno ignora el tiempo y aun no ha empezado a envejecer.

Sentirse feliz es creer que lo mejor está por llegar, encontrar motivos para la euforia y esperar los días en que una avalancha de felicidad se derrame por los poros de tu espíritu.

Sentirse feliz es imaginarse feliz. Construir sueños donde nada detiene tu libertad. Te sientes libre, aunque no lo seas. Te sientes guapo, aunque los demás no lo vean. Te sientes invulnerable  a pesar de tu enorme fragilidad.

Sentirse feliz es valorar la suave brisa que acaricia tu rostro y el tibio calor que ilumina tu piel. Respirar a pleno pulmón una extensa tarde de julio de un verano interminable. Ser consciente de que en tu interior los fluidos tienen los valores óptimos y tu composición química te mantiene en la mejor predisposición para la batalla.

No se viene a este mundo a hacer felices a los demás, esto es un cuento que nadie se cree. Puedes querer ayudar a los demás, pero para que te agradezcan eternamente tu bondad infinita. Se viene a creerse el rey de la creación. Ante la nostalgia por los milagros, aun sueñas que algún día el mundo dará una vuelta extraña y se trastocaran todos los planes inscritos en la armonía de los cielos. Un extraño ente te situará en el centro del planeta y desde allí impartirás tus lecciones morales y las más hermosas princesas se rendirán a tus pies. De esta manera te reproducirás y te expandirás por el Universo.

Sentirse feliz es ver el reflejo de tu sonrisa en los ojos de una niña de mirada inocente y pura.

Esto es sentirse feliz. Lo demás es sobrevivir, ir tirando, conformarte, o vivir en silencio tu angustia, desesperarte mientras te precipitas hacia tu desaparición.

lunes, 9 de julio de 2012

CINE NEGRO. RETORNO AL PASADO

Uno de los géneros cinematográficos que más obras maestras ha aportado Hollywood a la industria del cine es el llamado cine negro. Tiene sus orígenes en la década de los treinta al intentar retratar los bajos fondos de las grandes urbes americanas con el estilo de las novelas policiacas cargadas de violencia y ambientes sombríos.

Entre la larga lista de joyas que este género ha aportado al cine podemos empezar con  El halcón maltés, junto a otras interpretadas por el mítico Humphrey Bogart como El sueño eterno, Tener o no tener o Cayo largo. Me gustan especialmente algunas de Fritz Lang, como Perversidad o Los sobornados entre otras muchas.
El cartero siempre llama dos veces en sus distintas versiones (incluida la menos conocida de Visconti  Ossesione basada en la misma historia)
La lista es prolífica y sigue con Gilda, Laura,  Atraco perfecto, Forajidos, Cara de ángel, La jungla de asfalto. Una poco conocida pero igual de extraordinaria: El demonio y las armas.
 Entre las grandes obras maestras del género es obligatorio  mencionar Perdición, de Billy Wilder. Se trata de un film demoledor que marcará los códigos del género. Con un guión absolutamente magistral del propio Wilder y Raymond Chandler basado en una novela de James M. Caín sobre unos hechos reales ocurridos en el Nueva York de finales de los años 20. Con una turbadora mujer fatal, Bárbara Stanwyck, que llevará a la perdición al pobre Fred Mcmurray delante de un eficaz Edward G Robinson. Estamos, sin duda, ante una de los clásicos imprescindibles del cine.

La lista podría seguir pero como no puede, ni debe, ser  exhaustiva, puede el lector entretenerse en completarla con sus perlas favoritas. Yo voy a terminar comentándoles  ésta: Retorno al pasado de Jacques Tourneur.
Prácticamente todas las virtudes típicas del llamado “film noir” están reunidas en este genuino y soberbio film:
--una historia en la que el protagonista no puede escapar de su pasado- aquí es tan obvio que aparece en su titulo-. Son muy características de este género las historias en las que un hombre está atado a sus circunstancias vitales, a unos hechos que marcaron su vida y de los cuales le cuesta desprenderse.
--Una mujer bella y fatal. La de aquí no puede ser más bella, ni más fatal. Una hermosísima Jane Greer entre dos hombres de la talla de Robert Mictchum y Kirk Douglas.
--El carácter trágico y turbulento de los personajes que viven rodeados de muerte, traición, amor, odio
-- Elementos inconfundibles de una época y una sociedad: Los coches, los cafés, el bourbon, los cigarrillos, las gabardinas y sombreros.
-- El ritmo ágil y trepidante. Desde el inicio se entra de lleno en la historia que se va a contar y los personajes pronto son caracterizados; el espectador conecta con la historia desde el primer momento.
-- las frases cortas, secas,  tajantes, justas.
Todo esto se puede apreciar en este magistral título donde en pocos minutos ya han aparecido todos estos elementos. Esto es lo que ocurre:
 Un coche se acerca a una gasolinera. Un hombre pregunta por Jeff Bailey (Mitchum), y mientras el chico va a buscarlo el recién llegado entra en una cafetería donde oirá comentarios que le informan de la nueva vida del enigmático Jeff.
Jeff está pescando en un lago junto a su nueva prometida Ann (Virginia Huston). Están envueltos en una naturaleza serena y libre. Conversan bajo un esplendido paisaje y Ann muestra su admiración por Jeff: “¿Has estado en muchos sitios?”. “-Demasiados-“ le responde él.
La sensación de paz se ve truncada por el muchacho que le comunica la amenazadora llegada de un extraño. Las miradas anuncian  el desasosiego.
Jeff se encuentra con el hombre que le busca, “Ojala me alegrara verte”. La sensación de fatalidad se apodera de la pantalla. El hombre  trabaja para el peligroso Fred (Kirk Douglas) que le ha encargado encontrar a Jeff y le propone una cita con su jefe. Le advierte: “no puedes perderte, ni debes”. 
Jeff, vuelve en busca de su prometida Ann (se oyen las voces de sus padres desde dentro de casa desaprobando el misterio que envuelve a Jeff), y está decidido a contarle su historia. Se inicia un largo flash back donde le explica su pasado junto al malvado Fred y la hermosa Kathie (Jane Greer). ¿Quien se lo perdería?
Apenas han pasado unos minutos y el espectador está atrapado en el misterio que envuelve a la vida de estos turbulentos personajes y ante la asombrosa sensación de estar asistiendo a grandes momentos de cine. De puro y humeante cine negro.


viernes, 6 de julio de 2012

AVA GARDNER

Ava Gardner nació en 1922, era la menor de siete hermanos y creció en el ambiente rural de Carolina del Norte, en el seno de una familia muy pobre. Tras una breve formación como secretaria, visitó durante unas vacaciones en Nueva York a su hermana. Su cuñado, fotógrafo de profesión , puso en su escaparate unas fotos del bellísimo rostro de Ava, y de ahí llegaron pronto a la Metro Goldwin Mayer.
Tras algunos  fracasos y un duro periodo de aprendizaje para refinar su tosco acento sureño y su formación dramática, le llego su primer gran film, Forajidos, en el que lucía su belleza junto a un joven Burt Lancaster.
Se ha escrito muchas veces que no era una buena actriz, y que en su filmografía no figuran grandes películas. Tal vez no le ayudó el conocido piropo de "animal más bello del mundo" de Louis B. Mayer, que tambiém dijo de ella: " "No sabía hablar, tenía un horrible acento del sur"..."pero era una estrella y había que prepararla cuidadosamente para ello". Yo no estoy de acuerdo. Ava,fue una excelente actriz que se apoderaba de cada plano con vitalismo  y con una poderosa fuerza natural que le propocionaba su escultural figura. Fue una gran estrella que llenó de sensualidad y valentía los pesonajes que le tocó interpretar. Además del excelente film negro ya citado trabajó con John Ford en Mogambo en 1953 donde ofreció una perfecta creación de una mujer enérgica e indomable frente a la frágil Grace Kelly y al aventurero Clark Gable. Al año siguiente,  La condesa descalza, de Joseph L. Mankiewicz, donde llena de incomparable belleza y ternura a una española mostrando el lado fugaz y oscuro de la fama. El odio que en la vida real tenía con Bogart no se trasladó en absoluto a la pantalla.
Con John Huston también realizó memorables papeles: La noche de la iguana  junto a Richard Burton y Sue Lyon y  El juez de la horca encarnando a la célebre actriz Lili Langtry junto a un insólito Paul Newman que estaba dispuesto a colgar a todo aquel que dudara de su belleza.
Si además añadimos Pandora y el holandés errante, Magnolia, Cruce de destinos, La hora final ,55 días en Pekín ; Siete días de mayo, completan una filmografía más que interesante.
Pero además su vida estuvo marcada por su valor y su peculiar manera de entender la vida. Supo ser una dama de noche y una condesa descalza; una libre y desenfrenada  amante y una digna madura que supo arrugar su piel. Partiendo de una difícil adolescencia llegó a enamorar a hombres de medio mundo con una hermosura digna de una escultura griega
En 1942 se casó, al poco tiempo de conocerlo, con el actor Mickey Rooney. El matrimonio duró oficialmente un año, pero, en palabras de Ava, sólo 15 días. Unos años después lo hizo con el músico Artie Shaw -duró dos meses menos que el anterior- y en 1951 con el cantante Frank Sinatra, que estuvo casada dos años, pero su tormentosa relación continuó durante mucho tiempo.
Mujer libre y apasionada, se instaló unos años en un palacete situado en las afueras de Madrid y llenó de incógnitas y leyendas la vida social de la época. Aficionada a grandes juergas y desenfrenos regados con alcohol, con fama de “devoradora de hombres”, dicen que trató con macarras, cantaores, bailarines, toreros, actores, y cualquier noctámbulo que recorría la noche de Madrid. La noche española se impregnó de color, de ilusiones y seguramente de mentiras.
A finales de la década de los años 60, Ava Gardner dejó España y se instaló en Londres,  alejada de aquel Hollywood que le hizo llegar a ser amada por medio mundo, pero que ella odió.
Aquejada de una trombósis que paralizó y desfiguró la mitad izquierda de su hermoso rostro, se escondió hasta que cerró los ojos defintitamente en enero del 65, tal vez escuchando a Sinatra.